Ópera de Oslo

Descripción

El proyecto transformó un programa muy complejo en un plan general sencillo que integraba un enfoque escultórico práctico e intuitivo para modelar el espacio exterior. Su forma baja e inclinada se convirtió más bien en un vínculo dentro de la ciudad que en una expresión escultórica divisoria. Sus cubiertas de acceso público y sus amplios vestíbulos abiertos hacen del edificio un monumento social más que escultórico.El edificio engloba tanto el paisaje como la arquitectura, fomentando así la concienciación y el compromiso del público con las artes. Los grandes ventanales a pie de calle permiten a los transeúntes observar las actividades del taller de escenografía. El edificio pretende así atraer al público que no es aficionado a la ópera, el ballet o la orquesta. Las cafeterías y la tienda de regalos, con su acceso al paseo marítimo, son destinos que ofrecen oportunidades de generar ingresos para la institución al tiempo que prestan un servicio al público en general. Estos componentes se han diseñado cuidadosamente para que se integren perfectamente en el carácter general del audaz diseño del edificio.La Ópera es el primer elemento de la transformación prevista para esta zona de la ciudad. En 2010, el tráfico pesado que circulaba junto al edificio se trasladó a un túnel bajo el fiordo. Por su tamaño y expresión estética, la Ópera de Oslo destaca entre los demás edificios de la zona. La explanada de las cubiertas revestidas de mármol forma un gran espacio público dentro del paisaje de la ciudad y el fiordo. La cara de acceso público a la Ópera está orientada al oeste y al norte, mientras que el perfil del edificio se aprecia claramente a gran distancia desde el fiordo, al sur. Visto desde la fortaleza de Akershus y desde la ciudad cuadriculada junto a ella, el edificio crea una relación entre el fiordo y la colina de Ekerberg, al este. Vista desde la estación central y la plaza de Christian Frederik, la Ópera de Oslo acapara todas las miradas con su cubierta inclinada que enmarca el borde oriental de la vista del fiordo y sus islas. El edificio sirve de nexo entre la ciudad y el fiordo, la urbanidad y el paisaje. Al este, la «fábrica» se articula y varía. También es posible observar las actividades que se desarrollan dentro del edificio, tanto las salas de ensayo de ballet en los niveles superiores como los talleres a pie de calle. Su futura conexión con una nueva zona animada y vibrante de la ciudad le dará una mayor sensación de urbanidad.El paisaje de la Ópera comprende la cubierta de mármol, otras zonas revestidas también de mármol y las zonas intermedias entre el edificio y las calles circundantes. El acceso a la plaza y a la entrada principal se realiza a través de una pasarela revestida de mármol sobre el canal de la Ópera. La plaza forma parte de un paseo marítimo público y un carril bici que continúa bordeando los lados oeste y sur del edificio hasta un puente proyectado sobre el río Akerselva, al este. Desde el momento de su inscripción en el concurso, Snøhetta propuso que la cubierta fuera accesible al público y estuviera revestida de piedra blanca. Hoy, el rasgo distintivo del edificio es la geometría de su cubierta, que se eleva desde el fiordo y se extiende como una alfombra sobre las zonas públicas. Un paso importante fue introducir canales a lo largo de los bordes de la cubierta con rampas y escalones. Esto permite integrar balaustradas a la altura reglamentaria en función de la elevación de la propia línea de la cubierta. (Descripción aportada por Snohetta)