Cementerio de San Cataldo

Descripción

Rossi es uno de los teóricos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. Además de escribir, Rossi diseñó edificios que expresan algunas de las ideas que teorizó. Quizás este cementerio sea el más representativo de ellos. Situado junto a otro cementerio diseñado por Cesare Costa a principios del siglo XIX, el diseño de Rossi parte del estudio de los cementerios judíos decimonónicos de la zona. De esta investigación sintetizó un tipo, que Rossi  consideró que contenía enseñanzas arquitectónicas perdurables. Es esta conexión con la tipología, unida a un episodio autobiográfico que le llevó a reflexionar sobre la estructura del cuerpo, lo que guió el diseño del nuevo camposanto. Esta ciudad de los muertos no pretende transmitir esperanza sino ser la expresión monumental del lugar donde los muertos habitan, ya sin las necesidades cotidianas de los vivos. Un gran muro perimetral con perforaciones regulares separa el mundo exterior del mundo de los muertos. Esta frontera queda abierta por un pórtico de escala monumental, por donde se accede al interior. Una vez atravesado el umbral, el visitante encuentra el osario, un gran cubo abstracto atravesado por un camino. Exteriormente parece un cubo macizo con perforaciones oscuras. Sin embargo, al atravesar su límite observamos que solo era un muro y el cielo se hace visible. El cementerio se compone de fragmentos que reinterpretan tipos de la arquitectura, y que descansan en la pradera como si el tiempo se hubiera detenido.  El esquema original no se llegó a completar, pero quizás esta condición inacabada refuerza la poética del lugar. Una ciudad donde las ventanas, las puertas y demás elementos arquitectónicos adquieren otro significado.