Museo de los elefantes
200best ES
Bangkok Project Studio
2020
Tipo
Cultural
Etiquetas
infraestructuras culturales , 200Best, construyendo con la naturaleza
Visitabilidad
Visitable
Descripción
Los elefantes gozan de un estatus especial en Tailandia. Forman parte de las grandes ceremonias reales y fueron animales de guerra de los reyes durante toda la historia antigua del país. Además de ser respetados, la relación entre los elefantes y los tailandeses es única: se les trata como miembros de la familia y no como mascotas o mano de obra. El vínculo es quizás más fuerte en la aldea de la etnia kuy, en la provincia de Surin, al noreste de Tailandia. Durante muchos siglos, la comunidad ha convivido tan estrechamente con los elefantes que sus modos de vida, desde que nacen hasta que mueren, difícilmente pueden disociarse.El bosque de Surin, antaño de exuberante vegetación, fue destruido en favor de los cultivos comerciales en el último medio siglo. Esto provocó que la etnia kuy y sus elefantes sufrieran sequías extremas y escasez de alimentos y plantas medicinales de los que antes se abastecían en el bosque. Privados de medios de subsistencia, se trasladaron a ciudades turísticas para mendigar comida o trabajar en campamentos de elefantes, algunos en condiciones de vida precarias.El Museo del Elefante forma parte de «Elephant World», un proyecto iniciado por el gobierno local para devolverlos a su tierra natal y garantizar unas condiciones de vida adecuadas para los elefantes. El museo no sólo sirve de espacio de exposición de objetos, sino que pretende hacerse eco de la difícil situación de los aldeanos y los más de 200 elefantes que viven aquí, además de plasmar su larga relación familiar, su desaprobación de la crueldad de la explotación animal y su esperanza en el futuro. En medio del vasto paisaje desarbolado, muros curvos a diferentes alturas brotan del suelo, como si se quisiera abrir el edificio a visitantes del tamaño de un elefante. Los muros se inclinan y se cruzan, revelando aberturas que conducen a los visitantes al interior. Desde las cuatro salas de exposición se abren patios de diferentes formas y tamaños. Algunos albergan pequeños estanques, otros tierra rojiza que se asemeja al paisaje exterior. Diferentes escalas de caminos exteriores, espacios cubiertos y patios abiertos recuerdan elementos de la zona: desde los elefantes, los aldeanos, sus casas y los estanques en los que ambos se bañan, hasta el baño de tierra del que suelen disfrutar los juguetones elefantes.Dado que el edificio pretende representar la vida bajo el sol, la luz solar se convierte en un elemento esencial del diseño. Las distintas salas y caminos reciben mucha luz solar en algunas zonas y poca en otras, y el efecto de la iluminación en ellas cambia a lo largo del día según el ángulo del sol. Las exposiciones se instalan en los patios y en los muros exteriores. En el interior de las galerías sólo hay asientos para descansar y contemplar el contenido expuesto en el exterior mientras se reflexiona sobre la coexistencia entre las dos especies.Más de 480.000 ladrillos de arcilla cocida se fabrican a mano a partir de las margas de la zona utilizando una técnica que se ha transmitido de generación en generación. En esta aldea, donde no hay muchas oportunidades de empleo, el proceso de construcción del edifico consiguió crear puestos de trabajo e ingresos para los lugareños, al tiempo que aumentaba el valor del material local que a menudo se pasaba por alto. Tras décadas de lucha lejos de sus casas, el museo devuelve el poder a los kuy, a los elefantes y a los habitantes de Surin. Su programa y su proceso de construcción les han animado a enorgullecerse de su patrimonio y devolver la dignidad a sus queridos elefantes. (Descripción aportada por Bangkok Project Studio)