Auditorio Manuel de Falla
Spain CCC ES
José María García de Paredes
1978
Tipo
Teatro
Etiquetas
espacios escénicos, Spain ccc
Visitabilidad
Visitable
Descripción
El Auditorio Manuel de Falla está emplazado en la colina de la Alhambra, como un homenaje construido al compositor Manuel de Falla. Uno de los principales factores que incidieron en su diseño fue su integración en el paisaje. El “Centro Manuel de Falla” es el primer edificio de importancia erigido en la colina de la Alhambra desde que, en 1527, Pedro de Machuca alzara su Palacio de Carlos V en medio de la Casa Real nazarí. La memoria de Manuel de Falla está presente en la austeridad casi monacal, en la perfección en el concepto arquitectónico y en la extrema economía en los medios utilizados. Se proyectó, un racimo de formas creciendo a partir de los espacios interiores al modo de la Alhambra. El resultado es un edificio alargado, con una silueta irregular que apenas sobresale de la copa de los árboles, con una gran parte bajo tierra aprovechando la fuerte pendiente de la colina. Su exterior presenta un mínimo de hormigón combinado con grandes superficies de un hermoso ladrillo rosado y quebradas cubiertas de teja patinada. No se perdió ningún árbol importante de los jardines que se conservaron y ahora constituyen el acceso al edificio.El Auditorio tiene una sala de 1.311 plazas, considerada musicalmente como una de las mejores del mundo. Su acústico fue Lothar Cremer quien asesoró asimismo la Filarmónica de Berlín. Además tiene un área de estudios, salas de conferencias y aulas musicales para cursos y ensayos. La sala tiene el escenario a un tercio de la planta, dividiéndola en dos partes desiguales, una anterior (897 p.) y otra posterior (414 p.) que, separadas mediante elementos deslizables, configuran dos salas con entidad arquitectónica propia y capacidad adecuada a las condiciones normales de uso en Granada, más la gran sala de conciertos con 1.311 localidades, suma de las dos anteriores. Esta concepción interna se refleja naturalmente en la ruptura exterior del edificio en dos volúmenes desiguales, creándose entre ambos una calle peatonal sobre el escenario, que conduce, desde el Paseo de los Mártires a un gran balcón panorámico, el “Mirador de Melisendra”, abierto sobre el panorama de la Vega y Sierra Nevada. Los cuerpos restantes se proyectaron flanqueando en progresión descendente la sala de conciertos para conseguir una serie de elementos de enlace entre la escala de los cuerpos y los menudos módulos arquitectónicos de la Antequeruela.(Descripción aportada por los arquitectos)