© Nigel Young ; Foster + Partners
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© Norman Foster
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Reichstag Parlamento Alemán

200best ES
Foster + Partners
1999

Tipo

Institucional

Etiquetas

espacios de la memoria, Instituciones publicas, 200Best

Visitabilidad

Visitable

Descripción

La transformación del Reichstag obedece a cuatro cuestiones relacionadas: la importancia del Bundestag como foro democrático, la comprensión de la historia, el compromiso con la accesibilidad pública y un vigoroso programa medioambiental. Antes de esta transformación, el Reichstag se encontraba muy dañado por la guerra y una labor de reconstrucción carente de sensibilidad. La reconstrucción tomó como referencia el tejido original; las capas de la historia se fueron desprendiendo para revelar sorprendentes huellas de su pasado – marcas de los canteros y grafitis rusos –, cicatrices que se han conservado como un «museo viviente».  Pero en otros aspectos, es un cambio radical; dentro de su pesado armazón es ligero y transparente, con su programa totalmente a la vista.Visitantes y políticos entran en el Reichstag siguiendo el mismo camino, y el espacio público continúa en la azotea, en la terraza restaurante y en la cúpula, donde unas rampas conducen a una plataforma de observación que permite al pueblo ascender simbólicamente por encima de las cabezas de sus representantes electos en la cámara. En la actualidad, la cúpula es un símbolo de Berlín, un símbolo de renacimiento, pero también un elemento fundamental para las estrategias de iluminación y ventilación natural del edificio. Su núcleo es un «escultor de luz» que refleja la luz del horizonte hacia el interior de la cámara, mientras que un brise-soleil motorizado sigue la trayectoria del sol para bloquear su incidencia directa y consiguientes reflejos. Al caer la noche, este proceso se invierte. La cúpula se convierte entonces en un faro en el horizonte, símbolo de la fuerza y el vigor del proceso democrático alemán.Por otra parte, el edificio constituye un modelo para el futuro al quemar biocombustible limpio y renovable (aceite vegetal refinado) en un cogenerador para producir electricidad, un sistema mucho más limpio que la quema de combustibles fósiles.  El resultado es una reducción del 94 % de las emisiones de dióxido de carbono.  El calor excedente se almacena en forma de agua caliente en un acuífero subterráneo y puede ser bombeado para calentar el edificio o alimentar una planta de refrigeración por absorción que produce agua fría.  Las necesidades energéticas del edificio son tan modestas que produce más energía de la que consume, lo que le permite funcionar como una minicentral eléctrica en el nuevo barrio gubernamental. Toda una lección de sostenibilidad. (Descripción aportada por Foster+Partners)