© Büşra Yeltekin -

Courtesy of Dilekci Mimarlik

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Jardín de infancia Bahriye Ucok

Estambul TR
DILEKCI Architects
2016

Tipo

Colegio

Etiquetas

espacios pedagógicos, espacios de cuidados , nueva identidad

Visitabilidad

Visitable

Descripción

Situada en el distrito de Kadıköy de Estambul, esta escuela infantil se encuentra en un lugar acogedor en medio de la metrópolis en desarrollo. En ciudades como Estambul, impulsadas por un desarrollo cada vez mayor, es cada vez más difícil encontrar lugares adecuados para que los niños desarrollen su propia identidad. El proyecto, enclavado en el centro de Estambul en medio de grandes edificios y construcciones, pretende crear un telón de fondo arquitectónico que alimente la imaginación de los niños que llenarán y utilizarán el edificio cada día. El espacio y el tiempo son algo diferente para los niños, su realidad va más allá de las realidades del espacio y el tiempo del presente. Pintar, correr, jugar, lo sea que su intuición les diga que hagan, es lo que impulsa su rutina diaria. Es una vida completamente distinta a la vida rigurosa y programada de un adulto. El reto de este proyecto era concebir una arquitectura que diera cabida a esa naturaleza diferente de los niños en su infancia. Los niños perciben el mundo a través de sus sentidos; todos los estímulos que les rodean desde una edad temprana repercuten en su desarrollo mental. Del mismo modo, la arquitectura tiene un profundo impacto en la mente a través de las imágenes que incorpora a una edad temprana. Cuando los niños perciben el mundo a través de los sentidos, una arquitectura que utiliza un lenguaje familiar para ellos a través de las formas, la luz, los materiales y la escala se convierte en una poderosa herramienta de enseñanza. La intención del estudio desde el principio fue crear una arquitectura que se comunicara con los niños de manera que se sintieran cómodos, así como establecer un modelo programático que garantizara el buen funcionamiento de esta escuela infantil.Para afrontar este reto, se pensó en una propuesta que fusionaba el «juego» con la «forma». A partir de la metáfora de una «cabaña primitiva» con forma de origami, se ideó un lenguaje formal. Una «cabaña primitiva» es algo que está grabado en la mente del niño, al igual que cuando se le pide que dibuje una casa, lo primero que dibujaría es el tejado y las paredes. Por tanto, era fundamental mantener intacta esta imagen de cabaña primitiva en el proyecto, ya que es una imagen familiar que invoca un espacio de pertenencia y refugio. (Descripción aportada por los arquitectos)