©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill
©Ricardo Bofill

La Fábrica Sant Just Desvern

200best ES
Ricardo Bofill
1975

Tipo

Estudio

Etiquetas

casas urbanas, espacios postindustriales, segunda vida , 200Best, Spain ccc

Visitabilidad

Visible desde la calle

Descripción

Encontramos enormes silos, una chimenea, cuatro kilómetros de galerías subterráneas, salas de máquinas en buen estado… Esto ocurría en 1973 y fue nuestro primer encuentro con la Fábrica de cemento.La Fábrica de cemento, que data del primer período de la industrialización de Cataluña, se construyó en diferentes etapas, con una serie de ampliaciones a medida que las distintas cadenas de producción lo requerían. El resultado formal estaba definido por una serie de elementos estratificados, un proceso heredado de la arquitectura vernácula aplicado a la industria.Recorrimos la Fábrica con una visión caleidoscópica, imaginando futuros espacios y descubriendo que en ese lugar coexistían los distintos movimientos artísticos y visuales que se habían desarrollado desde la Primera Guerra Mundial.- El Surrealismo, en sus escaleras paradójicas que no conducen a ningún sitio; la absurdidad de algunos elementos colgando sobre espacios vacíos; enormes espacios inútiles de proporciones extrañas, pero mágicos por su tensión y falta de proporción.- Abstracción en sus volúmenes puros, que aparecen muchas veces rotos y brutos.- Brutalismo en el tratamiento abrupto y las cualidades escultóricas de los materiales.Seducidos por las contradicciones y la ambigüedad del lugar, decidimos quedarnos con la fábrica, y modificando su brutalidad original, esculpirla como una obra de arte.El resultado demuestra que la forma y la función deben disociarse; en este caso, la función no creó la forma; contrariamente se demostró que cualquier espacio puede adaptarse al uso que el arquitecto elija si es lo suficientemente hábil.Actualmente aquí vivo y trabajo mejor que en cualquier otro lugar. Este es para mí el único sitio  donde puedo concentrarme y asociar ideas de la manera más abstracta.Tengo la impresión de vivir en un universo cerrado que me protege del mundo exterior y el día a día.  La Fábrica es un lugar de trabajo por excelencia. Aquí la vida transcurre como una secuencia continua, con muy poca diferencia entre el trabajo y el ocio.Tengo la impresión de vivir en el mismo entorno que originó la Revolución Industrial en Cataluña.(Texto de Ricardo Bofill)