Pabellón de la Navegación
Spain CCC ES
Vázquez Consuegra
1989
Tipo
Cultural
Etiquetas
grandes eventos , Spain ccc
Visitabilidad
Visitable
Descripción
El Pabellón de la Navegación se sitúa al borde del río Guadalquivir en el sector Sur del recinto de la Exposición, junto al pantalán que acota el puerto fluvial, entre los puentes de Chapina y de la Cartuja. Con una superficie construida algo superior a los 15.000 m., se asienta sobre una plataforma situada a la cota del muelle, ofreciendo su fachada principal al río, a un tiempo que permite ser registrado desde la cota más elevada, en torno a cinco metros, de la Plaza de los Descubrimientos.El pabellón, que habría de constituirse en el futuro Museo Marítimo de la ciudad, se propone como una gran pieza neutra y capaz, pero lo suficientemente precisa como para obviar el carácter de contenedor sin definición arquitectónica.Los edificios que se sitúan inmediatamente tras el Pabellón van ganando en altura, desde el de los Descubrimientos a la mole circular de Torre-Triana. La cubierta metálica curvada, que se constituye en fachada principal del Pabellón, ofreciendo su convexidad a la ciudad histórica y en la que indudablemente se advierten resonancias de viejas imágenes de hangares y tinglados portuarios, se propone como respuesta al planteamiento escalonado de la perspectiva hacia el río, buscando resolver adecuadamente el tránsito del edificio con su contexto.En la misma parcela se proyecta la construcción de un edificio destinado a Servicios (cafetería y restaurante) cuya ubicación permite al Pabellón crear su propio ámbito, articulándose mediante una gran rampa escalonada cubierta, que a un tiempo que garantiza el planteamiento unitario de ambas construcciones se configura como puerta al río, también puerta a naciente, permitiendo mantener una relación visual directa de la Plaza con el muelle, los barcos, el río y la ciudad.El pabellón se desdobla longitudinalmente en dos piezas paralelas, que conforman en su interior una calle de sección muy apuntada, cuya altura resulta ser cuatro veces su latitud: la gran sala de exposiciones, cuyo vacío interior permite ser recorrido perimetralmente a través de rampas y galerías, y la pieza, de menor dimensión, de Servicios (almacenes, talleres e instalaciones) que prolongándose en un pórtico abierto configura la larga fachada homogenea y unitaria del pabellón a la Plaza de los Descubrimientos.Las relaciones de analogía con el mundo de la navegación habrán de producirse, más allá de la formas, en la utilización de un material tradicional como es la madera. Grandes vigas curvadas de madera, salvando una luz de 40 metros, dibujan la sección estructural del pabellón. Estas vigas cuentan con un doble apoyo sobre elementos de hormigón; en la fachada al río sobre una amplia plataforma apoyada sobre robustos pilares, que volando a un lado y otro de la línea de soportes, se produce al interior en una larga galería y al exterior en un gran balcón-mirador. Esta balconada ante el río, se propone como el gran espacio de estancia al aire libre del edificio, sobre la cota del agua. Cinco lucernarios metálicos, de 11 metros de altura, perforando la cubierta de cobre y apoyados sobre este balcón llevarán la luz en secuencia discontinua al interior del Pabellón.En el extremo opuesto, las vigas de madera cuentan con un apoyo, igualmente articulado, sobre un pórtico constituido por dobles pilares de hormigón, de sección trapezoidal, de 17 metros de altura, arriostrados por vigas transversales. Estos pórticos dispuestos cada 7,20 metros configuran al espacio de la calle interior a la que nos referimos anteriormente; conectados solidariamente a la estructura de hormigón del edificio destinado a talleres y oficinas conformarán el amplio soporte de la estructura de cubierta.La sala de exposiciones del pabellón, de gran volumen, permite un recorrido perimetral mediante rampas en torno al espacio central. Las galerías laterales adoptan distintas alineaciones, conformando en el vértice N.E. un balcón acristalado resuelto en dos niveles, que se constituye en un gran mirador cubierto sobre el muelle los barcos y el río.El uso definitivo del edificio como Museo Marítimo tras la Exposición Universal de 1992, permitiría recuperar la integridad de su gran espacio interior, definido por la cubierta curvada de madera, maltrecho por la instalación de una exposición, que se implanta con evidentes signos de imposición.Por último el proyecto propone la construcción de una torre-mirador, al final del pantalán que se adentra en el río, como contrapunto a las grandes superficies horizontales del Pabellón. Una torre, de ida y vuelta, que se desdobla en dos piezas de distinta configuración formal: una sobre el pantalán, metálica y ligera, que adopta la geometría de un prisma recto de base triangular, que contiene las escaleras de descenso y otra, de hormigón blanco, que en forma de quilla hunde sus cimientos en el río, conteniendo el sistema de rampas y ascensores.Su posición geográfica la configura como un nuevo hito en el paisaje de la ribera, marcando desde el río la entrada al recinto. Su altura, en torno a los 60 metros, le conferirá la condición de un privilegiado mirador sobre el recinto de la Exposición Universal y la ciudad.( Texto de Guillermo Vázquez Consuegra)