Museo Hidraúlicao Molinos de Segura
Spain CCC ES
Juan Navarro Baldeweg
1988
Tipo
Museo
Etiquetas
infraestructuras culturales , Spain ccc
Visitabilidad
Visitable
Descripción
El Puente Antiguo, los muros de encauzamiento del río en torno al puente y los molinos viejos de Murcia forman un núcleo urbano unitario que caracteriza el corazón de la ciudad y el punto más significativo de intersección de ésta por el río Segura. Es evidente la gran repercusión que la rehabilitación de los Molinos tiene en la imagen completa de la ciudad. En virtud de esta unidad física cualquier obra sobre los Molinos afecta a todo el área de ciudad que en ambas márgenes se asoma al río. El proyecto de rehabilitación cierra y completa la imagen de tanta importancia urbana del margen izquierdo, proponiendo un equilibrio visual bien definido del lado del bario del Carmen.Los Molinos fueron concebidos a la vez que los muros de contención y el Puente Viejo de piedra según trazado de Jaime Bort. La construcción del conjunto se llevó a cabo entre los años 1713 y 1741. La vinculación original de los Molinos a otros factores urbanos cercanos, su íntima conexión con la definición de la cornisa urbana sobre el cauce del río, la condición de encrucijada junto al Puente Viejo, el carácter público del conjunto de los Molinos, así como la raíz unitaria de las reformas urbanas de la zona han pesado grandemente en la orientación de nuestra propuesta. En tiempos, los molinos fueron una construcción prismática paralela al río con canal descubierto tras ella, quedado, por tanto, en línea con el muro de contención y su cubierta plana se enlazaba en la continuidad del nivel levantado de la ciudad sobre los muros del río. Esta pieza prismática albergaba en una sola planta el conjunto en serie de los mecanismos hidráulicos de los molinos. Su construcción sobria y fuerte se ennoblecía en su parte superior por un orden de pilastras que indicaban el nivel de los espacios de trabajo en su interior. Posteriormente, en el siglo XIX, al dividirse la propiedad de los molinos, este estrato de pilastras y la cubierta plana unitaria comenzaron a desfigurarse por crecimientos e iniciativas espontáneas de ampliación vertical, adquiriendo finalmente un aspecto fragmentado y heterogéneo. En nuestra opinión, aquella primitiva condición unitaria debe ser reconsiderada cuando los molinos pasen a ser nuevamente un bien de uso público en su destino como centro de cultura y museo hidráulico. Como una recomendación previa y teniendo presente esta correlación apuntada entre programa y forma, las decisiones del proyecto en la rehabilitación se han basado preferentemente en una vuelta a los aspectos más genuinos de los molinos. Con ello, se podría garantizar la ejemplaridad de unas piezas muy singulares del patrimonio arqueológico industrial y además parece apropiado pensar que esa forma inicial unitaria se aviene mejor con el uso público propuesto.La restauración de los Molinos en su rotunda forma prismática, asegura la continuidad del nivel de la cornisa cerrando el circuito de ambas orillas con el Puente Viejo y la pasarela. Sobre la cubierta plana de los Molinos se establece un paseo, un mirador sobre el río, que subraya el pedestal urbano y el plano de los transeúntes sobre los muros de encauzamiento próximos al Puente Viejo. Este paseo alto sirve de acceso a un desarrollo arquitectónico adicional sobre la vertical del canal posterior, ocultándole en parte, en el que se alojan estancias del centro de cultura, una biblioteca pública y una cafetería-restaurante que se benefician del paseo y la terraza garantizando a la vez la vitalidad de su uso. Aún cuando el museo y centro de cultura se desarrolla en varias plantas y tiene acceso por la plaza de la Bajada de los Molinos, esta entrada desde el paseo alto da independencia al funcionamiento de la biblioteca y la cafetería, lo cual parece conveniente en términos funcionales y de horario.Los planos del nuevo centro de cultura y museo hidráulico revelan el modo en que conviven el esquema continuo y lineal de los antiguos molinos y la formación de unos espacios que tienden a emanciparse y a organizarse como lugares autónomos. La sala de actos de la planta baja y la biblioteca, arriba, se disponen alrededor de un eje vertical coincidente con un patio-lucernario que ilumina las salas de lectura y conduce luz al centro de la sala de actos. En la banda asentada sobre el plano del paseo alto se puede distinguir claramente, pese a la continuidad constructiva, el volumen escultural cerrado de la biblioteca y otro correspondiente a la cafetería-restaurante que se abre en forma escalonada hacia el paseo. Estas dos formas reflejan una inflexión diferente en cuanto a su orientación espacial. Aunque la biblioteca avanza ligeramente sobre la línea del paseo elevado, su cuerpo queda ceñido al sentido longitudinal del conjunto de los molinos. Por el contrario, el volumen de la cafetería y restaurante se manifiesta con un gesto orientativo transversal abierto a la terraza y que mira más allá del río, hacia la orilla del ayuntamiento.La composición y ordenación de huecos en los alzados, tanto al norte como al sur, evidencia también la conciliación de la linealidad del conjunto y los núcleos en torno a las actividades principales. La plaza del lado sur queda rematada al oeste por las antiguas cuadras, un conjunto abovedado que probablemente perteneció a un cuartel de caballería anterior a los molinos, cuya rehabilitación como sala de exposiciones temporales complementaría el programa del museo y del centro de cultura. Los criterios seguidos en este proyecto de rehabilitación se orientan en direcciones opuestas: por una parte se pretende un rigor en la restauración del orden físico original de los molinos y, al mismo tiempo, se plantea con libertad la construcción de una adición que, sin perturbar sustancialmente esta imagen básica, permita el mejor uso del centro. Ambos criterios, de rigor y libertad, apoyarían la generación de vida urbana que el centro y museo, en su forma y uso, pueden provocar. La propuesta se establece, por tanto, en dos niveles: se restaura el estrato básico, el sedimento histórico inicial, el mismo en el que se apoya la arquitectura de la ciudad y, por otra parte, se ha asumido una nueva variedad formal y constructiva en lo adicional, obedeciendo al uso requerido en nuestro momento. Por consiguiente, la rehabilitación, en parte purista, no se niega a la misma razón acumulativa que originó los crecimientos espontáneos de los molinos a partir del siglo XIX. La relación de lo histórico o tradicional y lo actual admite también hacerse visible en forma estratificada.(Descripción aportada por los arquitectos)