© Roland Halbe
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courtesy of No.mad Arquitectos
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Estadio Lasesarre

Bilbao ES
No.mad Arquitectos
2003

Tipo

Deporte

Etiquetas

espacios para las masas, Spain ccc

Visitabilidad

Visitable

Descripción

Intentamos responder a la pregunta de cual es el espacio para devolver al fútbol su carácter primigenio de deporte-en-la-naturaleza y difuminar su creciente condición religiosa de hábiles oficiantes y acólitos obedientes. Esto ocurre en un solar de forma casi rectangular previsto por un planeamiento autista sin ninguna ilusión urbana, necesaria en una ciudad desindustrializada y en horas de autoestima baja. La respuesta es un sistema de comportamientos visuales-emocionales reflejados en la forma del edificio que los alberga. Por un lado, la recuperación de un espacio verde continuo donde jugar y sentarse rodeados de hierba que desdibuja los límites disciplinados entre el jugador y el espectador. Por otro lado, la multiplicidad de maneras de mirar en altura y distancia así como las distribuciones de grupos de espectadores y su control configuran diferentes graderíos con pliegues diversos, más inclinados, estrechos o con inserciones particularizadas del terreno de juego para cada uno. Aparecen así una serie de mini edificios autónomos sin circulación entre ellos que albergan sus propios servicios y accesos lo que los hace susceptibles de ser utilizados de manera independiente. Su agrupación compacta dentro de la parcela conforma un conjunto que puede dejar de funcionar ya solo una hora y media a la semana como catarsis masculina y posibilita alquileres parciales para reuniones semanales de cualquier grupo de población que así lo desee. Las cuatro esquinas completan la distribución y de acuerdo a sus diferentes programas, vestuarios, club social e instalaciones se convierten en nuevos edificios autónomos y particularizados en su geometría. Sin olvidar que los jugadores han de esforzarse para que el espectáculo siga, un espejismo cromático fruto de la combinación algorítmica de siete colores llena las gradas de espectadores silenciosos.La unidad aparente de toda esta batería de programas la proporciona la cubierta, reflejo directo de la organización interna, permeable a la suave luz del lugar y recortada en las zonas donde la lluvia penetra a los jardines del graderío. La cubrición continúa al exterior protegiendo las salidas del estadio a nivel de las gradas en los accesos y más cercana al suelo en las zonas de paseo de calle generando una arritmia que traduce el funcionamiento general en la imagen exterior del edificio. En esa búsqueda de transmisión de un mensaje emocional avisando de que entramos en otra naturaleza introducimos un camuflaje sensible en el perímetro cerrado del edificio trasladando las variaciones lumínicas de los bosques mediante un sistema de piezas de acero vibrantes, permeable a la visión y antivandálico bajo los pliegues de la cubierta. Los accesos a través de este muro vegetal ficticio nos transportan a la geografía alternativa que controla los flujos y estancias de los espectadores. Se configura así un volumen con diversas condiciones lumínicas que actúa de suave baliza en la noche, a modo de las arrugadas lámparas japonesas,  capaz de grafiar en la oscuridad el esqueleto del edificio como nuevo emblema ilusionante. (Descripción aportada por los arquitectos)