©HISAO-SUZUKI
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©Roland Halbe
Courtesy of Sancho-Madridejos
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Casa y capilla en Valleacerón

Spain CCC ES
Sancho-Madridejos Architecture Office
2001

Tipo

Religioso

Etiquetas

atmósferas espirituales, Spain ccc

Visitabilidad

No visitable

Descripción

El proyecto, con sus cuatro piezas principales – Vivienda, Capilla, Pabellón de Caza y Vivienda del Guarda, se sitúa en la cima y en la ladera norte de una pequeña colina que domina diferentes límites del paisaje: el lugar, los valles y el horizonte quebrado, roto y difuso. Las piezas quieren poner de manifiesto el lugar, con el establecimiento de nuevas relaciones, nuevos episodios en relación al recorrido y a la visión: a través de lo que se oculta o se resalta. Así, además de esta estrecha vinculación entre paisaje, objetos, recorrido y visión, cada objeto se expresa con diferente protagonismo, desde lo más simbólico a lo más silencioso o privado. El vínculo que va a unir todo ello será el concepto de pliegue: el pliegue como generador oculto de los diferentes objetos, de los diferentes espacios.La pieza de la Capilla se desarrolla alrededor del estudio y manipulación de un “pliegue-caja”, tensionado focalmente. Se sitúa en lo alto de una ligera loma, convirtiéndose en punto de referencia en el paisaje que se domina desde el acceso a la finca, mostrando distintas visiones desde todo el recorrido. La Capilla se orienta, con un ligero desplazamiento, según el eje oesteeste. La entrada se realiza en ascenso por la fachada oeste, hasta llegar, al punto focal, en frontalidad no simétrica. En este intervalo de recorrido la escala variable del pliegue hace que el volumen, aunque compacto en un cierto momento, se rompa ofreciendo una sucesión de espacios - cerrado–compacto, abierto–fragmentado -, en constante cambio. La capilla está pensada desnuda, sin luz artificial, como un lugar en donde la relación espacial exterior-interior determina su sentido: solamente una cruz y una imagen en el punto focal refuerzan los aspectos simbólicos que conlleva el proyecto. Al plantear un pliegue en la caja -en la “boite” lecorbusierana- surge un único material: hormigón dorado, capaz de capturar todos los matices exigidos al volumen: desde atrapar la luz directa, que irrumpe como un plano más en la composición del espacio, hasta transmitir el aroma inestable y coloreado del alba. La luz se somete así al papel de un segundo material de la Capilla: un material, en contraposición al hormigón, frágil, cambiante, móvil e inestable, que domina o se desvanece.(Descripción aportada por los arquitectos)